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viernes, 11 de noviembre de 2011

Creer en lo que se hace. Hacer lo que se cree.

Poco a poco, el tiempo me come en mil y un pendientes. No es que olvide la causa de motivar y difundir consejos, ideas sobre como cuidar la Naturaleza, nuestra casa común.
Pero a veces el desánimo inhibe.
Cuesta insistir, una y otra vez, en que basta con una sola, una pequeña acción para cambiar un poco las conciencias tan poco comprometidas con el tema de disminuir la basura que se genera.
Veo a mi al rededor no solo indolencia sobre el tema. ¡¡¡Ante mis ojos, los encargados de recoger los deshechos SEPARADOS de mi casa -se calcula que por cada familia de 5 miembros, salen diario 1,5 kilos de basura- lo revuelven todo en su camión!!! A ellos no les importa recibir lo orgánico y lo no orgánico... les da lo mismo si les entrego los vidrios limpios y el PET compactado.
En la calle, "el cenicero grande", tirados todo tipo de envoltorios, envases y botellas... Las huellas de los perritos, también por doquier...
Sí, ¡cómo cansa ir contra la corriente!, haciendo lo que tantas personas hacen y que tantísimas más intentan hacer... pero parece que no es suficiente. Falta un compromiso de las autoridades también.
No hay basureros en las calles porque no se vacían con frecuencia. Los vecinos que prefieren no esperar al día que pasan por su basura, dejan en cualquier parte sus bolsitas... los perros las destrozan... la basura en las aceras.
En algunos países, como en Chile, hay unos Puntos Verdes, donde la autoridad municipal ofrece contenedores para separar aquello que puede reciclarse: papel de periódico, cartón; latas o vidrios. Cada contenedor tiene un logotipo con alguna institución de ayuda solidaria. Así, lo que cada ciudadano responsable va a depositar, luego se "vende" a empresas que reciclan y el dinero se hace llegar a la institución correspondiente.
En México, es difícil y titánico realizar algo similar. Hay eso sí, pequeños camioncitos o puestos en algunos de los pueblitos que conviven dentro de la megaciudad que es la zona metropolitana mexicana. Ahí compran por algunos pocos pesos material reciclable. Es un trabajo para ellos. No es altruismo. Ellos ven en la basura un medio de sobrevivencia... pero ¿quiénes son los que se les acercan? Gente que necesita ese dinerito, esas moneditas que pagan por un kilo de latas recolectadas de la calle o de papel y cartón que sacan de las bolsas de basura que algunos desidiosos dejan en las esquinas.
Si uno tiene suficiente motivación, lleva una vez al mes lo que junto en su casa y obtiene un par de dólares (para repartir entre los que te ayudan a acomodar tu coche o al pordiosero de la esquina)...
también hay empresas que se acercan a los colegios o industrias y ofrecen retirar el material reciclable a cambio de un monto a convenir.
¿Sirve?
¿Qué podemos hacer? Yo sólo pienso en mantener el entusiasmo y la convicción en separar para reducir, reusar y reciclar que para mí, es la clave.
Y hoy, 11 del 11 del 11 vuelvo a confirmar mi compromiso.

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